Creando un cambio positivo en tu vida

Tras recibir el Premio Líder Emergente de la OWA el año pasado, muchas personas se pusieron en contacto conmigo para preguntarme qué hice para llegar hasta donde estoy hoy. Como chica con múltiples etiquetas —TDAH, adoptada, birracial y con dificultades de aprendizaje—, la mayoría se sorprende de lo lejos que he llegado; la sociedad diría que alguien con mis "reveses" no llegaría muy lejos. 

Entonces, ¿qué hice exactamente para superar mis sellos "negativos"? Tomé medidas radicales, desarrollé mis habilidades de liderazgo, cambié mi mentalidad y expresé gratitud a diario por las bendiciones y los talentos que tengo. Es una combinación de estas cosas y mi deseo natural de trabajar constantemente en mí misma y aprender todo lo posible lo que me ha llevado donde estoy hoy.

La acción radical es el primer paso para generar un cambio positivo en tu vida. Es, literalmente, dar el primer paso que impulsa el proceso de cambio. Cuando no tomamos medidas específicas para alcanzar las metas que nos hemos fijado, corremos el riesgo de estancarnos y sentirnos complacientes con nuestra situación actual. A menudo vemos a otros que tienen "la casa perfecta", "la carrera perfecta" o "la familia perfecta" y decimos: "¡Caramba! Debe ser genial. ¡Qué suerte tienen!", con un dejo de envidia. Es casi como si viéramos estas cosas y asumiéramos que a estas personas les fue dado todo. A veces lo fue, pero 9 de cada 10 veces, es porque tomaron medidas radicales para llegar a donde querían ir.

Una vez escuché a alguien decir: «La gente con suerte no hace al éxito». Es cierto, ya que quienes se entregan por completo al éxito son los que tienen «suerte» en la vida. Las personas exitosas lo ven como un deber, y cuanto más trabajan, más «suerte» tienen. Esto aplica al matrimonio, la pareja, la carrera profesional, la crianza de los hijos, etc. 

¡El éxito no es casualidad! Implica sacrificarse, superarse y trabajar duro.

Si estás buscando formas de tomar medidas radicales en tu vida, lo primero que debes hacer es tomarte en serio el cambio. 

Esto significa cambiar tu mentalidad y reconocer realmente lo que quieres cambiar en tu vida. Una vez que lo sepas, establece metas para cada etapa de crecimiento a medida que avanzas hacia esa meta final. Por ejemplo, si quieres un ascenso en tu trabajo, establece metas para acercarte a ese ascenso. Quizás eso signifique tomar más iniciativa y ser proactivo al resolver un problema de la empresa, o ser más eficiente; sea lo que sea, establece metas para poder monitorear tu progreso.

¡Luego tienes que ser apasionado!

 

Si no te apasiona aquello en lo que intentas actuar radicalmente, no amarás lo que haces ni tendrás éxito. La falta de pasión es como comer comida sin sabor: si lo haces solo por comer y no porque sepa bien, entonces no vale la pena.

Por último, ¡siéntete orgulloso de ti mismo! 

Sé indulgente y compasivo contigo mismo. Cuando nos esforzamos al máximo, debemos saber cuándo honrarnos y elogiarnos por lo lejos que hemos llegado, incluso si aún no hemos alcanzado la meta final. Los momentos de autoelogio son buenos para el alma y te ayudarán a mantener una actitud positiva en tu camino transformador.  

He entrenado a varias mujeres sobre cómo tomar acción en su vida, y siempre noto lo mismo con cada una al principio de nuestro tiempo juntas: son súper negativas y se escudan en todas las excusas posibles para explicar por qué no han alcanzado su objetivo. Cuando tu mente te pone excusas, es tu turno de actuar. Defiéndete y aprovecha tu capacidad de concentración y esfuerzo. Estas son dos cosas que puedes controlar y, a menudo, el éxito te acompaña. El resultado de lo que deseas está al otro lado de esa excusa que te frena.  

Cada uno de nosotros nació por una razón. Todos tenemos un don que el mundo espera recibir. De ti depende conocer tu valor y las posibilidades que te esperan. Al hacer cambios positivos en tu vida para tu crecimiento personal, ¡seguro alcanzarás el éxito en todo lo que desees!

Escrito por Katie Lauver