Más allá del rechazo laboral

Si eres un profesional, si eres humano, ya lo has vivido. Dedicaste horas a redactar una solicitud, adaptaste tu currículum y carta de presentación, y practicaste lo que dirías en el coche. Quizás incluso te compraste ropa o zapatos nuevos para ganar confianza. Has superado con fluidez cada paso del proceso de entrevista y has desarrollado una excelente relación con el reclutador y el responsable de contratación.

Has enviado notas de agradecimiento que expresan tu entusiasmo por el puesto, pero ya no puedes controlarlo. Por mucho que leas noticias, no podrás aliviar tu ansiedad ni calmar el nudo en el estómago. ¿Lograrán acabar con esto de una vez?

Estás súper concentrado revisando tu bandeja de entrada cuando de repente suena el teléfono y reconoces el número. Controlas tu ansiedad y respondes educadamente, sabiendo que la persona al otro lado podría darte noticias que te cambiarán la vida. Pero su tono lo delata al instante y se te encoge el estómago. No conseguiste el trabajo.

El resto de la llamada fue un borrón. ¿Qué pasó? ¿No les caíste bien? ¿Dijiste o hiciste algo mal? ¡Eras el candidato perfecto! Agotado por las últimas ocho semanas, te abruma la tarea de empezar de cero. ¿Qué sigue?

Qué hacer y qué no hacer

Créeme, me identifico contigo y me he convertido en una experta en gestionar rechazos laborales. Que me despidieran dos veces a los 20 y que intentara "recuperar mi carrera" a los 30 me enseñó a perseverar y a centrarme en mis objetivos.

• Tómate tiempo para el duelo. El rechazo, en cualquier forma, es duro. Date la oportunidad de sentir tus sentimientos y procesar la pérdida.

• Aprovecha la experiencia como una oportunidad de crecimiento. Considérala una práctica que te preparará para conseguir el trabajo de tus sueños.

• Pregunte al reclutador o al gerente de contratación sobre su opinión. Convierta la situación en una oportunidad para aprender una nueva habilidad u obtener una certificación.

• No te castigues. Repito, no te castigues. Probablemente fuiste uno de los muchos (si no cientos) solicitantes de empleo. ¡Una invitación a una entrevista es un éxito!

• NO rompas lazos con reclutadores, gerentes de contratación ni miembros de tu equipo. No se pondrán en contacto contigo para hablar sobre futuras vacantes si gestionas mal el rechazo. Muchas empresas ofrecen bonificaciones por recomendación; dales una razón para que te tengan en cuenta.

• No pierdas la ambición. Cuando estés listo, retoma el trabajo donde lo dejaste y solicita empleos con una perspectiva renovada. Cuantas más solicitudes envíes, más probabilidades tendrás de conseguir una oferta.

Recuerda que todo irá bien y conseguirás un trabajo. Quién sabe, quizá sea mejor de lo que imaginabas.

Escrito por Shawn Kramer