Crianza y profesionalismo: cómo afrontar el doble rol
- Kendra Katchko
- 14 de febrero
- 3 minutos de lectura

Seamos sinceros: ser profesional y padre a veces puede sentirse como protagonizar una versión de "Misión Imposible". Ya sea dirigiendo una consulta de optometría, atendiendo a pacientes o adaptándoles las gafas perfectas, tu día puede desbaratarse fácilmente, sobre todo cuando a eso le sumas el caos de la vida familiar. Pero ¿y si te dijera que es posible compaginar tu carrera con las responsabilidades de padre y madre y tal vez, solo tal vez, disfrutar del viaje?
El mito del equilibrio perfecto:
Todos lo hemos oído antes: "Equilibrio entre vida laboral y personal". Suena a santo grial, ¿verdad? Pero la cuestión es: ¿ese equilibrio ideal? Es un mito. Algunos días, el trabajo requerirá más atención; otros, serán tus hijos. La clave no está en encontrar el equilibrio perfecto; se trata de aprender a compaginar ambas exigencias sin dejarlo todo.
El autobús de la lucha para aquí
de cosas que hacer esta noche, mañana y pasado mañana.
Culpa de mamá. Estás en el trabajo, pero tu mente está en tus hijos. Estás con tus hijos, pero no puedes dejar de pensar en el trabajo. Es como si siempre estuvieras en otro lugar. Es agotador. Es real. Y no eres la única que lo siente.
¿Es físicamente posible estar tan cansado? ¿ Alguna vez has trabajado un día entero y de repente has entrado en una casa con la ropa apilada, los platos por todas partes y tu hijo insiste en que la cena sea pizza, ¡¡¡OTRA VEZ!!!? O peor aún, tienes que ir corriendo a la tienda después del trabajo, volver a casa a toda prisa y cocinar la cena... ¡sin olvidar la tarea y la rutina del baño! Estás agotado, pero sigues con energía. ¿Por qué? Porque eres un superhéroe (pero incluso los superhéroes necesitan un descanso).
Cómo sobrevivir (o al menos intentarlo con ahínco)
Acepta la flexibilidad . Si esperas el momento perfecto para "equilibrarlo todo", esperarás para siempre. Sé flexible. Algunos días serán mejores que otros. Y a veces, "suficientemente bueno" es suficiente.
Delega y esfuérzate. En el trabajo, confía en tu equipo para que se encargue de lo que pueda. En casa, anima a los niños a colaborar (pueden ayudar con la ropa, incluso si no está doblada a la perfección). Está bien apoyarse en los demás y pedir ayuda. Busca un apoyo que te apoye, y no siempre tiene que ser tu familia. También puede ser tu jefe y tus compañeros. No digo que deban cuidar niños, pero quitarte un poco de carga es igual de útil.
Establece límites (de verdad, esto es muy importante). Eres un profesional y debes tratar tu tiempo con respeto. Eso significa establecer límites claros. Ya sea un rotundo "no" a las reuniones fuera del horario laboral o reservar tiempo en familia como sagrado, definir tus límites es esencial para la supervivencia mental.
¡Deja atrás el perfeccionismo! No siempre podrás dar el 100% en ambas áreas, y eso está bien. El perfeccionismo es una trampa. Deja que tus hijos hagan un desastre, deja que algunos correos electrónicos esperen hasta mañana y confía en que lo estás haciendo de maravilla.
¡¡¡Preparación de comidas los domingos!!!
Las dos palabras más feas, "preparación de comidas", ya lo sé, es un rollo. Pero créeme cuando te digo que funciona, y te alegrará poder calentar cosas en la estufa o el microondas después de un largo día (y seguir disfrutando de la gloriosa sensación de preparar una comida casera).
Puedes tener una carrera próspera en óptica y ser una madre fantástica. No se trata de lograr un equilibrio perfecto, sino de crear una vida donde el trabajo y la familia encajen, aunque sea un poco caótica. Tú puedes, y no estás sola. Ya sea que compartas consejos de crianza o trucos laborales con otras personas de la Asociación de Mujeres Ópticas, estamos aquí para apoyarnos mutuamente en este hermoso y caótico viaje. Así que adelante: sé la jefa en la oficina y la supermamá en casa. Ambos roles son tuyos.
Escrito por: Kendra Katchko
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